La idea de empezar a usar la cámara en forma manual, es que nosotros escogamos como queremos hacer la fotografía, puesto que en automático la cámara lo hace todo y nos deja sin posibilidades de intervenir en el maravilloso proceso de encuadrar, mirar por el visor, y disparar. Es así como dejando de lado los automatismos, podemos darle un valor agregado a cada imágen que compongamos, es decir, nuestro propio sello. Existen 3 modos, que más usaremos, en la mayoría de las cámaras: prioridad a la apertura AV (aqui elegimos el diafragma y la cámara nos da la velocidad), prioridad a la velocidad TV (elegimos la velocidad de obturación y la cámara nos da el diafragma), y el manual M (aqui podemos elegir el diafragma y la velocidad), ¿y de qué depende cuál usemos?, de lo que queramos mostrar en nuestra fotografía, y de que efecto queremos darle, y de la situación en que nos encontremos, y de la experiencia que tengamos, puesto que este último modo, por ejemplo, nos permite un control total de la imágen final. Empezar a usar los modos indicados nos abre muchas posibilidades, que de lo contrario no tenemos.
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