lunes, 5 de mayo de 2014

Posteado por fotografiasraulfg | Etiquetas : ,

Veo a la fotografía como algo importante en mi vida, y le he asignado, por esa razón, un paralelo con la vida real.
Antes usaba solo los automatismos, dejaba que la cámara hiciera todo el trabajo, yo no me adentraba en eso, ni tampoco aprendía. Eso es pasar la vida "en automático", dejando que los hechos de la misma ocurran, sin casi intervenir, y, por lo tanto, no siendo participes de aquellos.
Lo mismo pasa en la fotografía inicial. Vamos por ahi tomando fotos, dejando que la "máquina" lo haga todo.
Pero, las cosas cambian cuando decidimos aprender, cuando decidimos dejar de usar los automatismos, y aprendemos a usar nuestra cámara de fotos. En ese preciso momento, pasamos de ser un ente pasivo a un ser activo interviniente del resultado final. Le vamos dando nuestra impronta, nuestro propio carácter, como a la vida. 
Pasamos de ser meros observadores, a ser parte activa, con conocimientos, y ganas, de querer mejorar.
Estoy convencido que no aprendo fotografía, aprendo de la vida. Cada vez que me enfrento a una escena que tiene problemas para exponerla bien, necesito ese bagaje para decidir que hacer, necesito experiencia positiva para usar una apertura, o una velocidad. Es la única manera que resuelvo estos problemas.  Creo, por lo tanto, una foto bien expuesta, exquisita, es un problema que solucioné en la vida real.
Enfrentarme a escenas, sobre todo en la calle, requiere salir de mi zona de confort, por eso estoy aprendiendo a atreverme, puesto que sin duda tendrá su parangón en la vida real.
Así, voy creyendo en lo que llamo, una filosofía de vida. Crezco cada vez que hago una fotografía, crezco cada vez que me enfrento a una encrucijada en la vida. En las dos, fui principiante, y en las dos voy en camino a convertirme en una mejor versión de mi mismo. 
Y esto no para, cada vez estamos mas felices usando los modos manuales de nuestra cámara, nuestras fotos mejoran, son muy parecidas a como las imaginamos en nuestra mente, y muy parecidas a como las hacen los maestros. Cuando llegamos allí, es porque hemos recorrido el camino hacia ser mejores. Cada vez queremos obtener una versión mejor de cada fotografía, porque ya no somos los mismos de antes, ni los principiantes con cámara nueva.
En fin, la vida nos enseña, nuestro deber es aprender. La fotografía nos enseña, nuestras ganas aumentan.
Creo firmemente en la relación vida-fotografia, cada una se nutre de la otra, y me encanta pensarlo así.

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