Una de las virtudes que debe tener el fotógrafo de calle es la paciencia. Debe saber esperar el momento clave de una secuencia para inmortalizarla, y así generar atracción en el espectador. Y a veces resulta que uno está mucho rato, y ha disparado muchas veces, y no ha dado con la que necesita. U otras puede que dé con aquella imágen en un momento. Pero, bueno esa es la gracia de estar en la calle, donde las papas queman, y traer una imágen de esas buenísimas. Yo he tenido pocos aciertos, debido principalmente a que no he tenido el tiempo suficiente para armarme de esa paciencia y me ha jugado en contra. Excepto en la foto de arriba, en que sí tuve ese momento, y pude concretar en una buena imágen del punto de vista narrativo, bueno, con la rapidez que necesito algunas veces, me despreocupo de la composición y otros detalles. El desenfoque de la persona en primer plano, que corre hacia mi, y pasa por mi lado, sitúa a la acción en el funcionario caído, que fue en lo único que me preocupé esa vez. En fin, una imágen interesante a veces se da en un momento, en otras cuesta, pero siempre se aprende algo, sobretodo a tener paciencia.