martes, 29 de abril de 2014

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Me encanta jugar con la luz y las sombras en mis fotos. Si puedo trato de tomar paisajes cuando el sol se encuentra a un costado, cerca del horizonte, ya sea en las mañanas, o en las tardes. Y si estoy en interiores, usar el flash separado de la cámara, me da mucha flexibilidad e inspiración. Aunque dispararlo con los triggers como lo hago, pierdo algunas funciones, no resultando, hasta el momento, críticas para mi.

El uso mas común que le he dado al flash es situarlo a un costado, y dispararlo contra el techo para que rebote sobre los sujetos, logrando una iluminación más uniforme.

Pero, existe una forma de limitar el haz de luz, si lo requiero. Como en la fotografía de este post. Deseaba que todo estuviera oscuro, menos la cara de mi hijita. Entonces, coloqué en el flash un snoot, que no es más que un tubo de cartón negro, con la misión de limitar aquella iluminación que se esparciría en caso contrario. Mientras más largo, más estrecho resulta el haz. Y creo que cumplió muy bien el objetivo.

Al principio se me hacía muy duro trabajar con el flash, no era capaz de controlar su luminosidad. Ahora hago ejercicios como éste, para seguir aprendiendo. Considerando que tenemos otras variables que también debemos aprender a controlar.

Asímismo, existen otras formas y artilugios diferentes, para controlar el haz proveniente del flash, que en definitiva nos dan más posibilidades y más control sobre la, a veces, esquiva luz.

viernes, 25 de abril de 2014

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Cuando voy por ahi a tomar fotos, trato que aquellas no sean tan comunes. Buscar en internet se hace necesario para revisar fotos de otros del lugar al que iré.

Una de las cosas que debemos hacer para diferenciarnos, es alejarnos de esas imágenes tipo postal.

Un ejercicio que recomiendo y que yo hago siempre, es buscar un ángulo diferente. Para eso le doy vueltas al objeto, con la intención de hallar ese ángulo. Tomo la cámara, miro por el visor, y voy probando.

Mi método consiste en acercarme, agacharme si es preciso, mirar bien por el ancuadre, dejar dentro lo que es necesario, y disparar.

Este ejercicio me ha dado cierta rápidez al evaluar una escena. Antes solo miraba y tomaba la foto, hoy me fijo más, me fijo en el fondo, en el primer plano, claro cuando hay tiempo para eso.

En fin, trato de hacer esto la mayoría de las veces.

Para muestra dos fotos que yo tomé, una que es mas general, y que quizás es más tomada por todos, y otra en que busqué un ángulo distinto.

Ahora que escribo esto, pensé en un inconveniente. Que la segunda foto deja fuera el contexto, no la situa en algún lugar, sino que la aisla. Mientras que la otra si le da un contexto, y para quien no conoce el lugar, se lo enseña.



miércoles, 23 de abril de 2014

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Cuando vemos un color pocos los relacionamos a una longitud de onda que predomina, de acuerdo a eso es el color que percibimos. Pero, como fotográfos, más nos interesa saber combinarlos en nuestras imágenes para hacerlas interesantes.

El color tiene tres propiedas, tono, saturación, y luminosidad.

Cuando hablamos de matíz o tono, nos estamos refiriendo al determinado color, por ejemplo, el color rojo, en realidad el tono es rojo.

La saturación es la pureza de un tono respecto al gris. Al 100% de pureza, no contiene gris, en cambio al 0% de pureza, se convierte en gris, desaturado.

Y la luminosidad se refiere a la brilantez, es decir, a la cantidad de luz o sombra  que tiene un tono, representados por la adición de blanco o negro, respectivamente. Mas luz, o más blanco adicionado, más brillante. Más sombra, o más negro, más oscuro.

Bien, para que nuestras fotos sean realmente llamativas, debemos combinar los tonos con cierta armonía, recordando que ciertos colores se ven diferentes al juntarlos con otros. Por ejemplo, el rojo se ve distinto, si se combina con azul o con verde.

Y esta armonía viene dada por el uso de los colores complementarios.



 En efecto, a cada tono se le opone su complementario en la rosa cromática. Estos se intensifican mutuamente. Al mirar fijamente un color el cerebro se cansa, como defensa el ojo crea su complementario.

Entonces, siempre que podamos, debemos combinarlos de esta forma para crear imágenes más llamativas. Por ejemplo, sobre un fondo natural verde, le viene mucho mejor un objeto color rojo.

Ahora bien, si la misma rosa cromática la partimos en dos, a un lado quedarán los colores fríos, y al otro los colores cálidos. Y cada uno de ellos son percibidos de forma distinta por nuestro cerebro, algo que también podemos usar a nuestro favor al componer.

Los cálidos son la gama de rojos y amarillos, mientras que los fríos son la gama de verdes y azules.  Los colores cálidos avanzan, sobresalen. Los colores fríos retroceden, se repliegan.

Pero, también tienen una componente sicologica, como el rojo que puede significar violencia o pasión. Y el blanco que se asocia a la pureza. Grises como tristes, etc.

En fin, una buena manera de componer es usar los colores, sobretodo como lo he comprobado, cuando no hay mucha gama tonal en la escena entre luces y sombras. Una buena forma de crear contraste en esos días encapotados, es usando los colores.

lunes, 21 de abril de 2014

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Un objeto, o sujeto, que dentro de nuestro encuadre sobresale de los demás, crea un peso visual en nuestra foto. En efecto, aquel elemento, dentro de los otros que son iguales, o casi iguales, que es diferente, obtendrá mayor atención por parte del espectador. El consejo es siempre mirar el encuadre, buscar aquel elemento que se distinga, ya sea por color, tamaño, forma, contraste, etc, que siempre tendrá mayor peso visual que los demás. Y si lo combinamos con otra regla de composición, podremos extremar el resultado.

Aquel elemento diferenciador, se convierte en nuestro centro se atención, aquel que se llevará las miradas de los espectadores.

viernes, 18 de abril de 2014

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Cuando en nuestro encuadre hay objetos que llevan una dirección, es primordial dejarles espacio en su avance, debemos componer para que ese espacio se cumpla.

Mucha intensidad provoca el caso, de hacia dónde miran los ojos de una persona. Esto viene de nuestra curiosidad de saber que está viendo, haciendo que nuestros ojos sigan lo que esa persona contempla, creando una dirección muy fuerte en la imagen, resultado de la premisa de que si es importante para la persona de la fotografía, también lo es para el espectador.

Ahora, siempre pensando en una persona, la mirada puede apuntar hacia algo dentro del encuadre o fuera de el. Es interesante ver que si es la segunda opción, podemos crear una ambiguedad, o incentidumbre, al quedar como un tema no resuelto, generando tensión, y haciendo que el espectador cree dudas en su mente, respecto de aquello que observa. El fondo de la imagen, muchas veces servirá para disminuir esa duda, al aportar mayor información respecto al tema central de nuestra fotografía.

jueves, 17 de abril de 2014

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1.- aprende a mirar tu entorno en modo analítico, y preguntarte, cómo se vería en una fotografía?
2.- aprende a componer tus imágenes
3.- lee el manual de tu cámara, y apréndelo al revés y al derecho
4.- aprende a usar tu camara en modo manual, deja atrás para siempre los automatismos.


lunes, 14 de abril de 2014

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En el caso de las curvas, sostengo que existen dos formas de componer con aquellas.

Primero, como una curva en S, en que el objeto u sujeto debería ubicarse al final. En efecto, la curva en S guía al ojo de una forma más sutil, que la diagonal, puesto que ésta úitima lo hace de una manera más enérgica. Prorciona sutileza y delicadeza al encuadre.

Segundo, la línea curva, que generalmente la vemos como la mitad de una circunsferencia, sin estar cerrada. Ésta cita su centro de interés en el lado cóncavo de la misma, restando importancia al lado convexo. Es decir, nos importa ver que hay dentro de esa mitad de circunsferencia, que la de afuera, y la explicación estaría dada por la percepción de nuestro cerebro de verla como una circunsferencia.


viernes, 11 de abril de 2014

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Estas líneas introducen mucho dinamismo a nuestras imagenes. Expresan dirección y velocidad de forma incluso más intensa que las verticales. Transmiten vida y actividad porque representan una tensión no resuelta, con su posición inestable dentro del encuadre. Recordemos que las líneas horizontales o verticales, pueden convertirse en diagonales dependiendo del punto de vista.

Con el uso de las líneas diagonales, es fácil guiar el ojo del espectador.

En la foto de más arriba, el zigzag que produce la unión de varias diagonales, lleva al ojo hacia uno de los tantos miradores que existen en Valparaíso, Chile, orientados al mar.

miércoles, 9 de abril de 2014

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Cuando el rango dinamico de la escena es muy amplio, algo debemos sacrificar.

Estemos de acuerdo que, en pocas palabras, una gama amplia de la escena se procuce cuando hay mucha diferencia entre luces y sombras, que el sensor de nuestra cámara no es capaz de reproducir, muchos pasos de luz entre unos y otros.

Hay varias formas de enfrentar estas escenas.

En la foto de arriba, usé la medición puntual sobre la persona. Es que ya había decidido que ella estuviera bien iluminada, puesto que el fondo no me interesaba. 

Y el resultado creo fue mas que favorable. Ella resplandece sobre un fondo oscuro.

lunes, 7 de abril de 2014

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En fotografía, a diferencia de otras artes, los elementos gráficos siempre representan algo que ya existe en la realidad. La disposición de ellos en nuestras imagenes, tiene directa relación con la composición, y dependerá en gran medida de lo que desee comunicar el fotográfo. Una de las formas que tenemos de organizar los elementos dentro del encuadre, son los triángulos, que pueden verse influidos por el contenido, y por nuestra comprensión e interés, sobre el sujeto u objeto a mostrar. Claro, hay otros elementos también, a los que podemos recurrir al momento de componer nuestras imágenes.

El triángulo es una forma con tanta fuerza inherente que resulta natural a la vista, siendo geométricamante muy básico.

Podemos crear en nuestras composiciones, dos clases de triángulos, aquel que esta implicito en la imágen, bastando solo la organización de tres puntos; y por convergencia, donde es necesario que dos puntos convergan en un punto de fuga.

Es importante usar los triángulos como una forma de ordenar una imagen o para organizar los elementos que se van a fotografiar. Entregando sencillez y claridad.

La fotografia que acompaña a este post, fue tomada momentos después que una de las personas decidiera despedirse de los otros dos que quedaron en primer plano, formando lo que sería la base del triángulo. Fue necesaria una mezcla de anticipación y paciencia. De no haber esperado, los tres puntos, representados por las personas, tendrían una organización muy lineal.

domingo, 6 de abril de 2014

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Resulta agradable al ojo, puesto que horizontalmente representa una superficie plana de soporte, en donde los elementos se ordenan de alguna manera, quedando todo a la misma distancia del centro de la imagen, teniendo todos ellos el mismo peso visual a ambos lados, sin que ninguno de los dos predomine más.
Como ciertos sujetos no son naturalmente simetricos, muchas veces deberemos lograr que eso suceda, componiendo la imágen final de acuerdo a ello. Es así como la fotografía de arriba, tuve que variar el punto de vista, para que el bote de la derecha, que es encuentra en el mar, apareciera frente al de la izquierda, que se encuentra encima del muelle, de no haberlo hecho así, el resultado final podría haberse visto como un fallo, al no encontrarse alineados.