jueves, 12 de julio de 2012

Posteado por fotografiasraulfg | Etiquetas : ,

Cada día viajamos en el Metro desde la estación Bellavista hasta Quilpué, unos días con vagones más llenos que otros, pero que vale la pena pues el tiempo de viaje corto entre estas ciudades, compensa el ir de pie o “achoclonados”. Así uno desea ir viajando en paz hacia su destino.
Pero, esta paz se ve quebrada por las personas que se suben en las distintas estaciones a cantar, o a hacer alguna “gracia”, con la finalidad de obtener algunas monedas. Y bueno, son personas que se ganan su sustento, por lo que entonces entramos en juicios de valor para decidir qué es lo más justo, si mi comodidad en el viaje, -para eso pago-, o en el bienestar del cantante al recibir su moneda. Y diferentes personas podrán tener un juicio distinto, hasta se hacen defendibles cada una de las posturas. Pero, insisto, yo lo único que deseo, en mi viaje diario en tren, es ir descansando de un día agotador, quizás conversando algo agradable con mi pareja, o escuchando canciones en mi teléfono, o simplemente meciéndome por el vaivén del tren, pero tranquilo.
Ya!, eso es una cosa: los cantantes y personas que a viva voz muestran su arte. Pero, que se suban los gitanos, hediondos, medios drogados, y de a tres, eso, ya es algo muy distinto. En efecto, ya antes había visto niños gitanos, cantando algo muy mal entonado, una canción gitana de seguro, y después pidiendo monedas en un tarro. Lo de ayer ya era como muy fuerte, uno de aquellos gitanos, -eran jóvenes-, llevaba una botella, que en una oportunidad aspiró y guardo en su bolsillo, hablaba en su idioma con los otros, cantaba algo, pasaba un papel, y pedía dinero. Pero, lo que más molestaba era que iban muy hediondos, a cuerpo sucio, a humano desaseado, esos olores que ya uno ha erradicado de su vida, por lo que olerlo causa una repugnancia terrible, de hecho muchas personas se bajaron del tren, yo hice lo propio. En el siguiente, para variar, ya iba un tipo cantando regeton (sic), y del vagón anterior venía un trío folclórico que no pudo cantar pues se toparon con el del regeton (sic).¿?
Con un poco de rabia por ver mi viaje interrumpido, entré a la página web del Metro y descargué el “Reglamento de usuario del Metro”, en el que específicamente se indica:
Artículo 38º
Se prohíbe a los usuarios de Metro Valparaíso:
1. Descender a las vías e ingresar a los túneles o zonas señaladas como de acceso prohibido.
2. Traspasar las líneas de seguridad de los bordes de los andenes en ocasiones distintas al
ingreso o descenso del automotor.
3. Traspasar los torniquetes sin validar el respectivo ingreso o salida desde la zona paga.
4. Impedir el cierre de las puertas de los automotores o intentar abrirlas fuera de los casos
autorizados.
5. Hacer uso sin causa justificada de cualquier mecanismo o dispositivo de emergencia
ubicado en estaciones o al interior de los vehículos ferroviarios.
6. Manipular los mecanismos de apertura o cierre de las puertas destinadas para el uso
exclusivo del personal de Metro Valparaíso.
7. Correr por el interior de los recintos de estaciones o al interior de los automotores.
Sentarse en las escaleras de acceso a los andenes. Sentarse en los bordes de los andenes.
8. Asomar parte del cuerpo o cualquier objeto fuera de los vehículos ferroviarios.
9. Utilizar aparatos de sonido o instrumentos musicales de forma que ellos causen molestia
a los demás usuarios de los servicios.
10. Realizar en recintos de Metro Valparaíso presentaciones o manifestaciones sin la
autorización previa de la Empresa.
11. Ingresar a las estaciones, vehículos ferroviarios, o recintos de Metro Valparaíso ingiriendo
alimentos, golosinas y/o alcohol.
12. Ingresar a las estaciones en estado de intemperancia o en estado de ebriedad.
13. Arrojar desperdicios, escupir u orinar en cualquier recinto de Metro Valparaíso, incluidos
los automotores.
Por lo tanto, me nacen preguntas de cómo esas personas, en esas condiciones, subieron al tren. En cada estación hay funcionarios del Metro que “vigilan” que uno efectivamente pasé la tarjeta por el lector, acaso no se fijaron cuando subieron los gitanos, y en general, los cantantes? Claramente en este caso se infringieron dos prohibiciones, pero nadie se da cuenta de eso? Y bueno, creo que los cantantes y demases, debes ser archiconocidos por los trabajadores del Metro, por lo que sin duda se deben dar cuenta cuando ellos suben.
Coincido, con quien piense que si se sube un artista, mujer u hombre, y cante melodiosamente algo agradable, se le pueda dar una moneda, pero en todos mis viajes no me he topado con alguno así.
Bueno, ahora por lo menos tengo el número de teléfono del metro que aparecen en su sitio web, así cada vez que pase por lo mismo, me volveré a bajar del tren y llamaré a los teléfonos que tengo para denunciar este hecho. Nada más puedo hacer.